Impresión artística | James Douglas, 4º conde de Morton, hacia 1516 - 1581, regente de Escocia - Arnold Bronckorst
  
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      James Douglas, 4e conde de Morton, es una figura emblemática de la historia escocesa, que desempeñó un papel crucial como regente de Escocia en el siglo XVI. Este retrato, realizado por Arnold Bronckorst alrededor de 1516, captura la esencia de un hombre de estatura imponente y mirada decidida. El estilo de Bronckorst, influenciado por las técnicas de los maestros del Renacimiento, combina un realismo impactante con una profundidad psicológica que se encuentra en los retratos contemporáneos de la época. La obra se distingue por su uso sutil de la luz y las sombras, que acentúan los rasgos del rostro de Morton y resaltan los detalles de su vestimenta de época, símbolo de su estatus aristocrático. Este cuadro no solo es una representación fiel del individuo, sino también una ventana a un período tumultuoso de la historia escocesa, marcado por luchas políticas y religiosas. La notoriedad de este retrato radica en su capacidad para transmitir la personalidad de Morton, un hombre que supo navegar en las aguas turbulentas del poder. En cuanto a decoración contemporánea, esta obra encuentra su lugar en interiores refinados, donde puede suscitar conversaciones sobre historia y arte. Para quienes deseen explorar esta pieza de arte de manera más íntima, la impresión artística está disponible en Artem Legrand.
    
  
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      James Douglas, 4e conde de Morton, es una figura emblemática de la historia escocesa, que desempeñó un papel crucial como regente de Escocia en el siglo XVI. Este retrato, realizado por Arnold Bronckorst alrededor de 1516, captura la esencia de un hombre de estatura imponente y mirada decidida. El estilo de Bronckorst, influenciado por las técnicas de los maestros del Renacimiento, combina un realismo impactante con una profundidad psicológica que se encuentra en los retratos contemporáneos de la época. La obra se distingue por su uso sutil de la luz y las sombras, que acentúan los rasgos del rostro de Morton y resaltan los detalles de su vestimenta de época, símbolo de su estatus aristocrático. Este cuadro no solo es una representación fiel del individuo, sino también una ventana a un período tumultuoso de la historia escocesa, marcado por luchas políticas y religiosas. La notoriedad de este retrato radica en su capacidad para transmitir la personalidad de Morton, un hombre que supo navegar en las aguas turbulentas del poder. En cuanto a decoración contemporánea, esta obra encuentra su lugar en interiores refinados, donde puede suscitar conversaciones sobre historia y arte. Para quienes deseen explorar esta pieza de arte de manera más íntima, la impresión artística está disponible en Artem Legrand.